La situación actual de la sociedad con el ritmo tan vertiginoso que la caracteriza no nos permite mantener relaciones interpersonales satisfactorias (de pareja, entre padres e hijos, amistades verdaderas,…), la necesidad de conseguir bienes materiales se ha convertido en el fin último de la existencia de la mayor parte de los mortales y nos olvidamos de que somos personas y nos convertimos en gente, en masa para nosotros mismos.
La insatisfacción y el sentimiento de soledad se apoderan de nosotros porque nos olvidamos de que todos y cada uno tenemos un corazoncito que se muere por mostrar todo el amor que es capaz de dar y de recibir. La crisis de las relaciones interpersonales pasa por recocer y fomentar la dimensión humana de las personas, de caer en algo tan sencillo como que lo que nos mueve en esta vida es el hecho de que queremos comprender al otro y ser comprendidos.
Se hace necesaria una comunicación genuina entre las personas donde el escuchar sea prioritario, donde sea posible identificar y mostrar lo que sentimos realmente, aceptando nuestros defectos y reconociendo nuestras debilidades. Conocernos a nosotros mismos y aprender a dialogar es la mejor manera de resolver los conflictos que van surgiendo en nuestras vidas.
"Cuando un problema no tiene solución es que está mal planteado”
Albert Einstein