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Pero… ¿es esto todo? La vida tiene que ser algo más.


¿Cuántos de nosotros no nos hemos preguntado y dicho esto esto alguna vez?


¿Cuántos teniéndolo todo, teniendo una buena vida, y más que cubiertas nuestras necesidades, nos sentimos insatisfechos, nos sentimos frustrados? y no sabemos el porqué.


Ayer, hablando mientras paseaba con un amigo, le dije: es que estás confundiendo “ser” con “tener”. Y, luego por la tarde y, ya estando sola, me preguntaba a mi misma ¿Cuántas veces me pasa a mí, confundir mi “ser” con mi “tener”? y, ¿cuántas veces esta confusión es el motivo de mis malestares?


Nuestro “tener” abarca nuestros bienes materiales y también nuestras habilidades, logros, creencias, ideología, reconocimiento social,... El vacío de “tener” se supera teniendo más, es una espiral infinita imposible de saciar.


Sin embargo, el vacío de “ser” es un vacío de nosotros mismos que no se solventa con nada que podamos “tener”, aunque el dolor que nos produce lo confundamos con una necesidad de “tener” cosas, experiencias, logros,... Este vacío de “ser” sólo se solventa conectando con quienes somos realmente.


Y, evidentemente, mientras estemos en este mundo tenemos que cubrir nuestras necesidades, el “quid” de la cuestión es nuestra actitud a la hora de hacerlo.


La pregunta sería:


¿Somos capaces de vivir sin dejarnos llevar por nuestra ansiedad de lograr, por tener que llegar a ser “esto” o lo “otro”?


¿Nos permitimos y permitimos “simplemente ser”?


Este es nuestro trabajo, practicarlo nos lleva a ser lo que realmente somos y a disfrutar plenamente de nuestra vida.


Espero que esta reflexión te aporte y me encantaría leer tus comentarios.

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