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Paso a paso

Actualizado: 26 nov 2018


Cuando las personas pierden conexión con lo que les importa, con aquello que orienta, da intensidad y sentido a sus vidas, es cuando decimos que esa persona está en crisis.


Son momentos de desaliento, de desorientación vital. Es cuando se hace imprescindible asumir la responsabilidad propia en el cuidado, el cultivo y la afirmación de la vida. Toda crisis presenta una oportunidad, el desafío es aprender a hacerlo realidad en nuestra experiencia.


Cada persona necesita sentirse creador de su ser, de su vivir. Pensar la vida en sus manifestaciones cotidianas es buscar la potencia creadora de quienes quieren asumir su potencial como co-creadores de una manera de vivir: nuevas formas de ser padres, de vivir el amor, de estar con otros, de relacionarnos con el tiempo… Aceptar este reto supone cuestionarse las propias creencias, saber que los cambios no se producen sólo desde el deseo sino que se constituyen con la práctica (intención voluntaria y consciente). Este proceso transformador se hace paso a paso y cada uno de ellos genera una situación de mayor riqueza existencial y la posibilidad de otro nuevo paso.


La Filosofía tiene como una de sus tareas principales pensar el tiempo en que vivimos y esto con el objetivo de afirmar y enriquecer la vida en el tiempo presente, ahora. El filósofo asesor persigue potenciar en sus clientes la práctica de este pensar sobre la propia vida para darla nuevos significados y reorganizar la propia experiencia de vivir.


“Es peligroso aventurarse. ¿Y por qué? Porque uno puede perder. No aventurarse es astuto. Y, sin embargo, por no aventurarse, es terriblemente fácil perder aquello que sería difícil perder incluso en la aventura más arriesgada (…) el propio yo. Puesto que si me he aventurado para mal, muy bien, entonces la vida me ayudará con su castigo. Pero si no me he aventurado en absoluto ¿quién me ayudará entonces?”
Kierkegaard
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